Los días me cubren de frío
lejos de ti y la esperanza.
¡Necesito el calor de tus manos,
vibrando sobre mi alma!
Llegaste a mí
como una sombra
en el silencio
de mi alma,
con tus labios
como pétalos
y tus manos
como llamas.
Por las noches
revives
en mis manos
y en mis labios,
¡erizada y eléctrica
como un fruto de los astros!
¡La noche, desnuda y fragante,
te canta y te espera, morena!
¡Escucha el latir de sus horas
y bebe el licor de sus venas!
en el crepúsculo
las avenidas
están bañadas en naranjas
en el crepúsculo
los edificios
están bañados en naranjas
en el crepúsculo
las calles
están bañadas en naranjas
* * *
en el crepúsculo
las naranjas
en el crepúsculo
las lágrimas
* * *
las naranjas del cielo
sí
naranjas y amor
las naranjas del fuego
sí
naranjas y amor
el sol amanece en tu mirada
cuando tus parados se abren como alas
derritiendo el hielo de lo días
que cubre de dolor toda mi alma
I
Hay palabras
que escribí
sobre el papel
de mi pecho
con sangre de mis ojos
y lágrimas de mis sueños.
II
En la oscuridad
de mi casa vacía,
callados,
como en un cementerio,
escucho el resonar de tus pasos,
caminando... en los silencios.
* * *
Háblame,
te digo,
¡ya hemos
callado
demasiado!
¡Te siento en el alma ardiendo,
desde la piel,
hasta los huesos!
III
¡El día
que abras la puerta
habrá una primavera de ensueños!
Aún tengo el perfume de tu cuerpo en mis manos…
¡tu recuerdo es el aire y sus labios, tu canto!…
¡aún tengo los frutos de tu boca en mis manos!
no dejes que me extravié,
¡toma fuerte mi mano!
Ay… vuelan muy lejos…
ay… tus manos, mis manos…
Mujer de las sombras,
la distancia
y la pena,
¿por qué te mueves oculta
en el pequeño
rincón de tu celda?
¡Abandona
el silencio!
¡incendia la cruz de tus miserias!
Vine a susurrarte un secreto...
¡No habrá persecuciones o pesadillas,
no habrá espantos o tristezas!…
Vine a susurrarte un secreto…
¡No habrá soledades;
tampoco habrá cadenas!
Vine a susurrarte un secreto…
¡La luz
en los labios
del amor nos espera!
En la distancia
deseo
que sean tacto
mis palabras;
en la distancia
deseo
que sean caricias
mis palabras.
¡oh, palabras como manos;
oh, palabras como lenguas!
¡oh, palabras de esperanza
desde el fondo de la tierra!
bajo las sombras
de las callejas que nadie mira,
asfixiados por un cielo de humo,
entre abandonos y papeles,
sucios,
caminan y se desangran,
descalzos y enmudecidos:
¡llorando un futuro invariable
ante la idiotez de nuestro bullicio!